Cada año, más de 1,500 contenedores caen al mar mientras son transportados por buques en el comercio internacional. Este dato ha cobrado relevancia en un contexto de creciente preocupación por los fenómenos climáticos extremos, que podrían agravar la situación. La caída de estos contenedores no solo supone una pérdida económica, sino también un desafío medioambiental. Sin embargo, este fenómeno ha abierto la puerta a un negocio inesperado y lucrativo: el rescate de contenedores hundidos.
José Rocha Martínez, gerente de servicio y control de contenedores de Altamira Multimodal, señala que el aumento de tormentas en los viajes marítimos ha incidido directamente en la cantidad de contenedores perdidos. “Definitivamente sí, se reportan más tormentas a lo largo de un viaje del buque”, comenta en entrevista con Expansión. El cambio climático y las tormentas más intensas parecen estar impulsando este fenómeno, creando una creciente demanda de soluciones para mitigar las pérdidas.
Aunque la mayoría de los contenedores que caen al mar no se recuperan, un número creciente de empresas ha visto una oportunidad en el rescate de estos bienes. Claudio Guerrero, gerente de Soluciones en Logística y Comercio, explica que existen empresas especializadas en el “salvataje”, un negocio en el que las compañías se encargan de recuperar los contenedores que se hunden.
“Estas empresas se meten al fondo del mar, rescatan los contenedores y la carga es prácticamente de ellos, a menos que la aseguradora lo reclame”, detalla Guerrero. Estas empresas no solo recuperan los contenedores, sino que también se quedan con las mercancías a menos que se ejerza una reclamación por parte de la aseguradora.
Este nicho de mercado está en expansión, ya que cada vez más empresas navieras y de transporte se ven obligadas a buscar soluciones ante la creciente incertidumbre. Las compañías de rescate se especializan en operaciones de alto riesgo y alto rendimiento, pues el proceso de recuperación de un contenedor puede resultar costoso y complicado, pero las recompensas pueden ser sustanciales.
Las aseguradoras también están tomando nota de este creciente fenómeno. Aunque los contenedores están asegurados antes de ser transportados, los costos derivados de los rescates están haciendo que las primas de seguro aumenten. José Rocha de Altamira Multimodal menciona que “si hay un contenedor que se cae, estamos hablando de un sobrecosto de hasta un 300% para recuperarlo”. Esta cifra refleja no solo los costos operativos del rescate, sino también la creciente incertidumbre sobre las condiciones meteorológicas y los riesgos en alta mar.
Para mitigar los riesgos y mejorar las posibilidades de recuperación, algunas empresas han comenzado a invertir en tecnología avanzada. Altamira Multimodal, por ejemplo, está trabajando en colaboración con una naviera para instalar sistemas de GPS recargables por energía solar en los contenedores, lo que permitiría rastrear su ubicación incluso cuando caen al mar. Esta tecnología ofrecería una herramienta valiosa para reducir el tiempo y los costos asociados con la localización de los contenedores perdidos.
Sin embargo, más allá de los aspectos económicos, el rescate de contenedores también tiene implicaciones medioambientales. El Consejo Mundial de Transporte Marítimo (WSC) ha destacado que alrededor del 33% de los contenedores caídos al mar se logran recuperar, pero el resto se convierte en una carga medioambiental. Estos contenedores, junto con su carga, a menudo terminan en el fondo del océano, representando un peligro potencial para la vida marina.
Con el cambio climático como un factor amplificador de estos riesgos, las compañías de transporte marítimo, las aseguradoras y las empresas de salvamento están tomando medidas cada vez más sofisticadas para enfrentar la creciente cantidad de contenedores caídos al mar.
“Cada contenedor perdido en el mar representa un peligro potencial, y nuestro compromiso de prevenir estos incidentes debe ser inquebrantable”, dijo en un comunicado John Butler, director ejecutivo del WSC. Sin embargo, a medida que las tormentas se intensifican y las rutas marítimas se vuelven más peligrosas, tanto el sector privado como los organismos internacionales enfrentan el reto de redoblar esfuerzos para prevenir la pérdida de contenedores y mitigar sus efectos.
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Fuente de Información: Expansión