El mercado de los paneles solares en techos, conocido formalmente como generación distribuida, entró en 2025 con una señal de enfriamiento que no se había visto en años. Tras un lustro de crecimiento acelerado, impulsado por tarifas eléctricas altas y un marco regulatorio ágil, el primer semestre del año mostró un avance marginal que encendió alertas en el sector.
Al cierre de 2024, el esquema acumulaba 517,757 solicitudes de interconexión. Para junio de 2025, el número alcanzó 528,055, un incremento de solo 1.9%, de acuerdo con las estadísticas sobre Solicitudes de Interconexión de Centrales Eléctricas de generación exenta, ahora difundidas por la Comisión Nacional de Energía (CNE).
La comparación con el año previo exhibe el frenón. En el primer semestre de 2024, cuando la Comisión Reguladora de Energía (CRE) aún operaba, las solicitudes pasaron de 411,085 en enero a 460,896 en junio, un crecimiento de 12.1% en apenas seis meses.
El ajuste también se reflejó en la capacidad instalada. En enero de 2025 se contabilizaban 4,444 megawatts bajo este esquema y para julio se alcanzaron 4,751 megawatts, lo que representa un incremento de 6.9% en siete meses. En el mismo periodo del año anterior, la capacidad pasó de 3,358 a 3,891 megawatts, un crecimiento de 15.8%.
Aunque este segmento ha sido uno de los menos afectados por los cambios legales de la reforma energética, sí resintió el impacto institucional de la desaparición de la CRE y la transición hacia un nuevo regulador. La incertidumbre se coló en los trámites, en las decisiones de inversión y en los tiempos de ejecución.
Víctor Ramírez, experto en temas de energía, explicó que la caída observada durante los primeros seis meses del año fue significativa, aunque la expectativa del sector es que el segundo semestre muestre una recuperación.
"Algunas fuentes han señalado que sí se trató de un bajón importante en el primer semestre, pero comentan que ya hacia el segundo se ve una recuperación importante, pero lo veremos oficializado hasta que salgan las estadísticas de todo 2025. Al parecer sí se trató de un asunto de desconfianza, hay muchos trámites y proyectos en espera; la gente está esperando a ver qué es lo que se establece en las DACGs (disposiciones administrativas de carácter general)”, explicó.
La pausa en las decisiones no solo fue estadística. En la práctica, desarrolladores, integradores y usuarios finales optaron por contener proyectos mientras se definían las nuevas reglas del sector eléctrico. En un negocio donde el retorno de inversión se calcula con márgenes de largo plazo, cualquier ajuste regulatorio pesa.
Otra señal que llamó la atención de los especialistas fue que algunos estados reportaron una menor capacidad instalada que la registrada el año pasado. Esto puede significar que hubo usuarios que dieron de baja sus contratos o que algunos trámites fueron desechados por inconsistencias administrativas.
Pese al freno, el atractivo de los paneles solares en techos se mantiene firme entre ciertos segmentos de la población. Para los hogares con tarifas domésticas de alto consumo, donde ya no aplica el subsidio gubernamental y los recibos superan los 2,500 pesos mensuales, la generación distribuida sigue siendo una de las pocas vías para contener el gasto eléctrico.
También es una alternativa para pequeños negocios con consumo intensivo de energía, como lavanderías, tintorerías, talleres e incluso pequeñas industrias, donde el ahorro acumulado puede significar la diferencia entre operar con márgenes estrechos o con mayor holgura financiera.
En términos geográficos, Jalisco se mantiene como el estado líder desde que se creó el esquema, con un total de 665.5 megawatts instalados. Le sigue Nuevo León con 461.9 megawatts y Chihuahua ocupa el tercer sitio con 338 megawatts de capacidad acumulada.
La concentración de capacidad en estas entidades refleja no solo el tamaño de sus mercados, sino también la presencia de una cadena de proveedores, instaladores y financiamiento que ha favorecido la adopción del modelo, aun en un entorno de mayor cautela.
Uno de los cambios relevantes del nuevo marco regulatorio es el ajuste al umbral máximo permitido para este tipo de instalaciones. Con las reglas que se perfilan, las nuevas solicitudes podrán ser de hasta 700 kilowatts de capacidad, cuando anteriormente el límite era de 500 kilowatts.
Para proyectos que superen ese umbral, el trámite ya no se considera generación distribuida y se requiere un permiso de generación por parte del regulador, que antes era la CRE y ahora recae en la CNE. Este detalle es clave para empresas medianas que buscan ampliar su autoconsumo energético.
Las ventajas estructurales del esquema se mantienen. La generación distribuida es un modelo exento de permiso de generación: solo requiere un trámite de interconexión con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el registro ante el regulador, lo que en teoría reduce tiempos y costos administrativos.
Sin embargo, el sector aún espera conocer los detalles finos del nuevo marco legal. La Ley del Sector Eléctrico todavía se encuentra en proceso de definición en sus reglas secundarias, y no está claro si se establecerán requisitos adicionales o modificaciones a los procedimientos actuales.
Más allá de la tecnología fotovoltaica, la generación distribuida también contempla otras alternativas bajo el mismo esquema de umbral máximo permitido. Entre ellas se encuentran la energía eólica, biomasa, biogás, cogeneración, combustión interna, turbina de gas o incluso pequeñas instalaciones hidráulicas.
En la práctica, no obstante, la solar sigue siendo la tecnología dominante por su madurez, menores costos de instalación y facilidad de mantenimiento, factores que han sido decisivos para su rápida adopción en hogares y comercios.
La expectativa del sector es que el aumento del umbral a 700 kilowatts actúe como un incentivo para nuevos proyectos que habían quedado al límite de la regulación anterior. Esto podría detonar instalaciones de mayor escala en parques industriales pequeños, centros comerciales o desarrollos inmobiliarios.
Mientras tanto, integradores y proveedores de equipos atraviesan un año de ajustes. Algunos han reportado menor volumen de instalaciones, retrasos en contratos y un entorno comercial más competido.
El desenlace dependerá de la claridad regulatoria que emane de las disposiciones administrativas pendientes y de la velocidad con la que el nuevo regulador consolide procesos. Si la certidumbre regresa, la generación distribuida podría retomar su ruta de crecimiento en el segundo semestre.
Por ahora, los números muestran un mercado en pausa, a la espera de señales claras. Un sector que pasó de crecer a doble dígito en 2024 a apenas avanzar en 2025, pero que confía en que el sol vuelva a impulsarlo una vez que el marco institucional termine de acomodarse.
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Fuente de Información: DINERO EN IMAGEN